THE WALL STREET JOURNAL AMERICAS, 9 de diciembre de 2011.
"La Escuela de Negocios IE, de Madrid, se concentra en los emprendedores, y no sólo porque haya pocas oportunidades laborales en España.
Desde que abrió sus puertas en 1973, la IE ha escalado en los rankings internacionales y con frecuencia aparece entre los programas de MBA más competitivos del mundo. Esa reputación le ha permitido conformar un cuerpo estudiantil diverso, 80% del cual proviene de fuera de España.
Santiago Íñiguez de Onzoño, decano de la IE, dice que el enfoque global, junto con un fuerte interés en el emprendimiento y las metas profesionales de sus estudiantes, han protegido a la escuela de la crisis económica española.
Aun así, no ha sido inmune. El volumen de solicitudes de inscripción comenzó a caer este año —como en otras escuelas— cerca de 6% interanual. La IE también compite con escuelas latinoamericanas cada vez más prestigiosas, lo cual aumenta el reto de mantenerse relevante en un mercado atiborrado.
Íñiguez, de 49 años y autor de La curva de aprendizaje, un libro sobre educación de negocios, habló con The Wall Street Journal sobre la transformación en los programas de escuelas de administración, los emprendimientos como refugio frente a la crisis financiera, y por qué los gerentes deberían leer novelas. A continuación, pasajes editados de la entrevista:
WSJ: En su libro, usted dice estar optimista sobre el futuro de las escuelas de negocios, ¿pero no hay menos postulantes?
Íñiguez: La educación en administración aún se vende como pan caliente. Hay una especie de turbulencia o incertidumbre cada tres a cinco años. Siempre hay [predicciones del] fin de las escuelas de negocios. Lo que tenemos que hacer es renovar nuestros ofrecimientos, reexaminar el contenido y cambiar el formato y los modos de entrega.
WSJ: ¿Cómo sobrevivirá a la actual transformación entre las escuelas?
Íñiguez: Mantenerse dinámicos e innovadores es la única manera de sobrevivir. Esta es una industria global, y junto con muchas otras industrias globales, se está volviendo más concentrada. Veremos escuelas grandes o muy especializadas, escuelas boutique. Quienes no elijan una de estas estrategias quedarán atrapados. [Íñiguez dijo por en un correo electrónico que espera que la IE siga el modelo de "servicio completo".]
Estamos elaborando programas más combinados [instrucción en línea y en persona], que consisten en usar los mismos docentes que empleamos en las aulas tradicionales y producir nuestros propios materiales multimedia.
WSJ: ¿Pasaría a ser completamente digital?
Íñiguez: No. Aún somos animales, necesitamos una respuesta animal. En algún punto, los [alumnos] necesitan encontrar a otros, estrecharles la mano y abrazarse. No hay una economía de escala en este tipo de educación. (En grupos pequeños), la gente tiende a participar mucho más, trabaja más duro porque si no se nota.
WSJ: ¿Por qué un estudiante hispanohablante habría de asistir a una escuela en España en vez de Latinoamérica, donde las oportunidades de crecimiento son mucho más obvias?
Íñiguez: Si compara la composición de nuestro MBA con cualquier programa en Latinoamérica, es más diverso. Esto da a los participantes muchas visiones diferentes del mundo.
España no sólo es un puente entre Europa y Latinoamérica, sino también un puente entre Europa y África. Servimos de crisol de culturas, lo que no pasa en Latinoamérica.
WSJ: Ha dicho que quiere incorporar más humanidades y ciencias sociales [a la educación de negocios]. ¿Por qué?
Íñiguez: Los gerentes deberían leer más historia, más biografías y más novelas.
Las novelas estimulan la imaginación y la curiosidad. Una persona que tiene que ser innovadora necesita cultivar estas cosas.
Ofrecemos un módulo de pensamiento del diseño y arquitectura. [Pedimos] a los estudiantes que diseñen su propio espacio de trabajo, o miren obras de arte y las expliquen. Uno inculca esas destrezas observacionales y obliga a los [estudiantes] a volverse más reflexivos.
Lo mismo sucede para muchas otras cosas, [como] la historia. Si uno sabe más sobre la historia china, estará en muchas mejores condiciones de liderar equipos chinos.
WSJ: ¿Qué libros están en su lista obligatoria para gerentes?
Íñiguez: Uno de mis favoritos es Anna Karenina, de Tolstoy. Dirigir gente tiene mucho que ver con conocer a personajes y ser buen psicólogo. Asimismo, El último magnate, de F. Scott Fitzgerald. Cuando uno lee biografías de presidentes ejecutivos, parecería estar leyendo las vidas de santos. No se aprende mucho. Las novelas son más realistas."
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