The Wall Street Journal Americas
Viernes, 6 de julio, 2012
Los funcionarios de bancos centrales simplemente no pueden acertar.
El triple flujo de estímulos monetarios del jueves, de la zona euro, China y el Reino Unido, posiblemente era justo lo que se necesitaba para mejorar la debilitada confianza de los inversionistas y dar impulso a los mercados de acciones.
Los inversionistas aman la acción, ¿no? Y este esfuerzo no tan coordinado ciertamente calificó como eso.
Pero lamentablemente para Beijing, Fráncfort y Londres, el mercado no estaba de humor.
Algunas veces el mercado aplaude los estímulos, pero otras veces sospecha que los que aplican el estímulo conocen algo que él no sabe.
El jueves encontró al mercado de ese humor y las acciones cayeron en todo el mundo. La sorpresiva presencia de China en la fiesta fue especialmente mal acogida. Tal vez, como lo dijo el titular de investigaciones del mercado de divisas de Societe Generale, Kit Juckes, Beijing solo quería ayudar. Pero los mercados, en cambio, simplemente temieron que los funcionarios chinos estaban más preocupados de lo que parecía sobre las perspectivas de crecimiento del país.
Y existe la sensación generalizada de que los bancos centrales se quedaron rezagados frente a los acontecimientos. ¿Por qué esperaron hasta ahora? Después de todo, como destacó UBS, los datos económicos han estado sorprendiendo a la baja desde marzo en Estados Unidos, y desde abril en China. En Europa, por supuesto, ha habido pocas expectativas alcistas como para que los datos sean decepcionantes.
Pero las autoridades de bancos centrales tal vez no sean los únicos que tomaron medidas demasiado tarde. Las últimas cifras de Investment Company Institute revelaron que los administradores de activos en Estados Unidos siguen con fuertes posiciones de "alta ponderación" en activos extranjeros.
Esto significa que la vasta mayoría de posiciones de crecimiento mundial está financiada en dólares y, que si ese crecimiento ahora desapareció, el dólar será una vez más el principal receptor de los flujos hacia activos de refugio en EE.UU.
No obstante, como señaló UBS, antes de salir corriendo a vender euros contra todo como resultado, "advertiríamos que dicho desapalancamiento tiende a favorecer las monedas líquidas" y allí aún califica el euro.
La interesante tesis del banco es que algunos administradores de activos de la zona euro tal vez hayan elegido incrementar su exposición en activos que no sean en euros para cubrirse del riesgo de un colapso de la moneda única. En un ambiente de bajo crecimiento, donde ese riesgo es considerado remoto, el euro también podría beneficiarse.
"Si los inversionistas realizan el cálculo repentino de que potencialmente hay más para perder permaneciendo en una moneda de una economía en abrupta desaceleración que ser redenominados debido a un colapso de la zona euro, el desapalancamiento aún sucede", escribió Geoffrey Yu, director de estrategia del mercado de divisas de UBS.
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