Vinculo: http://online.wsj.com/article/SB10001424052970204555904577167010191141818.html?mod=rss_americas_spanish.
The Wall Street Journal, Martes, 17 de enero, 2012.
BEIJING— El Producto Interno Bruto de China se desaceleró a 8,9% en el cuarto
trimestre de 2011, frente al mismo lapso del año anterior, mostrando que el
motor de crecimiento más rápido del mundo está bajando sus revoluciones.
Aunque el desempeño del cuarto trimestre de China sería la envidia de
cualquier otro país, es modesto en comparación a los 30 años anteriores, aunque
cabe anotar que los analistas esperaban una caída más pronunciada. El PIB de
China ha subido en promedio 10% al año en ese período.
Cuando se compara al trimestre anterior, el crecimiento chino cayó con mayor
velocidad a 8,2%, reflejando un menor crecimiento en las exportaciones y una
debilidad en el mercado inmobiliario del país. A finales de la semana pasada,
J.P. Morgan predijo que el crecimiento del PIB caería aún más en el trimestre
actual, a 7,2%, frente al cuarto trimestre de 2011.
La economía global depende cada vez más de China para su crecimiento. Una
expansión china crea demanda de los commodities de muchos países en desarrollo y
de productos industriales y servicios de las economías desarrolladas. China, la
segunda economía del mundo, también se ha convertido en uno de los principales
destinos de la inversión extranjera.
Entre las grandes economías del mundo, se predice que Europa entrará en
recesión este año, Japón continuará arrastrándose a un crecimiento de cerca de
1% y Estados Unidos tendrá suerte si alcanza un crecimiento de 3%. Las cifras
aliviaron los temores entre los inversionistas asiáticos de que el crecimiento
chino sufriría una caída más vertiginosa, dando un impulso al índice de
referencia de la bolsa de Shangai de 4,2%, su mayor aumento desde octubre de
2009, mientras que Hong Kong subió 3,2% el martes. Los mercados de Japón,
Australia e India también subieron.
La última vez que la economía china se desaceleró significativamente fue en
el último trimestre de 2008, cuando el mundo entero estaba entrando en recesión.
A lo largo de los siguientes dos años, China respondió con un plan de estímulo
de cuatro billones (millones de millones) de yuanes (US$586.000 millones) que
fue financiado por un aumento en los préstamos por parte de los bancos
estatales. La respuesta ayudó a incrementar el crecimiento de la economía a 9,2%
en 2009, pese al declive global.
No obstante, el estímulo también produjo un legado de inflación, una burbuja
inmobiliaria y un nivel difícil de cuantificar de deudas incobrables. A lo largo
de 2011, los líderes chinos pasaron apuros para contener los aumentos de precios
y ahora no son dados a desatar una nueva ronda de préstamos que borre sus
avances. "En general necesitamos prepararnos para el peor ambiente externo
posible sin relajar nuestros esfuerzos para evitar que los precios suban
demasiado rápido", dijo el presidente del banco central de China Zhou Xiaochuan
a la revista Caixin.
Incluso si Beijing deseara pisar el acelerador, la tasa potencial de
crecimiento de la economía china ya no es lo que era. Una fuerza laboral que ha
alcanzado un nivel estable y que pronto comenzará a contraerse, además de una
caída en los retornos en las nuevas inversiones sugieren que el crecimiento a
dos dígitos de los años anteriores a la crisis es cosa del pasado.
Las predicciones del centro de estudios estadounidense Conference Board,
ubican al crecimiento en China en 8% anualizado en 2012, bajando a un promedio
de 6,6% entre 2013 y 2016.
Para todo 2011 China creció 9,2%, frente al 10,4% de 2010. Para el cuarto
trimestre, el crecimiento de 8,9% del PIB, comparado con el año anterior, fue el
más bajo desde el segundo trimestre de 2009.
China ha comenzado a suavizar su política monetaria para evitar una
pronunciada caída del crecimiento. En noviembre, el banco central actuó antes de
lo esperado para reducir los requerimientos de reservas de los bancos en 0,5
puntos porcentuales, abriendo el camino para una recuperación en el número de
préstamos nuevos en los últimos meses del año.
No obstante, la política del gobierno está limitada por las consecuencias de
los préstamos de estímulo, los cuales colocaron un gran peso sobre los gobiernos
locales que tomaron prestado para proyectos de infraestructura. En 2011, un
informe del auditor del gobierno reconoció 10,7 billones de yuanes (US$1,7
billones) en deudas asumidas por los gobiernos locales.
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