La ambigüedad estratégica estadounidense con respecto a Taiwan pretende mantener a raya las intenciones chinas de recuperar a la Isla a la vez que persuade a esta última de secesionarse del continente, mientras se mantienen relaciones diplomáticas y económicas de distinto nivel con los dos estados.
Esta ambigüedad podría ser más un inconveniente que una solución en el caso de que China active un bloqueo naval y aéreo contra la Isla, buscando su estrangulación económica, a la vez que mantiene a raya cualquier posible esfuerzo norteamericano de intervención directa y apoyo logístico. Existe la certeza de que con el incremento en gasto taiwanés de hasta 16.000 millones de dólares este último año y de mantenerse al alza o ese nivel, permitiría tal adquisición de armas anti invasión como misiles antibuque, minas y armas balísticas, con las cuales se bastaría para soportar ellos mismos la invasión directa de China, pero no serían ya eficientes en caso de bloqueo, muy seguramente por quiebre de voluntades.
Un bloque por parte de China comunista estaría apalancado por sus SSN, los cuales representan una amenaza latente contra un CBG debido a su dificultad de localización y su creciente capacidad misilistica; por otra parte esta el poder disuasivo y creíble del PLARF para mantener a raya bases aéreas, puertos, barcos en navegación y nodos C3 del enemigo.
Finalmente una estrategia plausible sería la de aplicar un bloqueo naval y aéreo al continente, capitalizando la mayor debilidad y dependencia de la china comunista, en cuanto a los combustibles fósiles y el comercio global. Esto sería complementado por una guerra económica, haciendo boicot a la mayor cantidad de intercambios posibles y apalancados por el apoyo de un importante número de aliados, para asfixiara económicamente, o para que el PCC recalcule los costos de la guerra a largo plazo.
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