Fuente:http://online.wsj.com/article/SB10001424052970204358004577028430220920906.html?mod=rss_americas_spanish
Por RICHARD BARLEY
La represa se ha roto en el mercado de bonos italianos.
A pesar de la promesa de renuncia del primer ministro Silvio Berlusconi, los rendimientos de los US$2,2 billones (millones de millones) de la deuda de Italia se han disparado en una mezcla de riesgo político, la inadecuada respuesta de los líderes de la región y el aumento de las demandas de cobertura suplementaria por parte de las cámaras de compensación. En teoría, Italia puede conseguir financiamiento a esas tasas, pero el riesgo es simplemente que muchos compradores van a rehuir a las ventas de nuevos títulos. La crisis de la zona euro está llegando a su punto álgido.
Según Barclays Capital, Italia ha vendido en lo que va del año US$254.498 millones en bonos. Eso deja US$40.785 millones que necesitan ser recaudados, incluidas las amortizaciones de US$21.072 millones. Sin embargo, Italia necesita reunir cerca de una sexta parte de su deuda cada año. En enero, estará otra vez al pie de la montaña de financiación, con una constante necesidad de acceso a los mercados.
La atención se ha centrado en los niveles de rendimiento absoluto de los bonos, pero en el corto plazo eso es una preocupación menor. Incluso con un rendimiento de 7,3% para los bonos a 10 años, el aumento en intereses de la deuda de Italia, con un vencimiento promedio a siete años, sólo aumentaría lentamente el costo total de la deuda.
Más bien, es la velocidad y la naturaleza del movimiento en los rendimientos lo que resulta alarmante. La volatilidad se ha disparado: el precio de los bonos para marzo de 2022 vendidos el 28 de octubre cayó 82,6% frente al valor nominal de 92,5% en la subasta. La curva de rendimiento se invirtió el lunes, con rendimientos a dos años por encima de los rendimientos a diez años, lo que sugiere un creciente temor a la caída en cesación de pagos. La cámara de compensación LCH Clearnet elevó demandas de cobertura suplementaria sobre los bonos italianos, haciéndolos más costosos para ser comercializados. El riesgo de una rebaja de la calificación es cada vez mayor. Todo esto amenaza con hacer que los mercados se vuelvan más volátiles y aumenten aún más los rendimientos.
Puede que Italia todavía encuentre cierta demanda para sus bonos. Los compradores nacionales, que tienen alrededor de la mitad de la deuda, tienen un interés personal en seguir comprando bonos italianos. E Italia debería ser capaz de emitir bonos del tesoro, aunque a tasas muy altas. Tales valores de corto plazo están generalmente exentos de riesgo de estructuración. Grecia, por ejemplo, ha continuado emitiendo bonos del tesoro este año. Pero es difícil imaginar que los bancos internacionales y otros inversionistas se presenten a las subastas de deuda italiana.
Una subasta de bonos a cinco años está programada para este lunes. Ese será el momento de la verdad.
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